La mente como un laberinto tan entrelazado como las vidas entre si, tan vasto como la infinidad del espacio, tan perturbado como el amor y tan volátil como el humor. Se piensa que se desea, cuando son puros celos, cuando se tiene ya no se quiere, pues lo malo se ve cuando nos dan lo bueno. Lo bueno se aprecia asta que se pierde y se desea cuando nos lo reprochan. Las prioridades son claras cuando se esta demente cuando se ama, cuando se empieza a decidir debido a la falta de pasión, la mente prefiere no decidir, lo que resulta una decisión en si. El no decidir es decidir. Ponemos entonces lo material sobre lo personal, lo que no nos puede traicionar es nuestra prioridad, la seguridad se vuelve nuestra cárcel de oro. Los pensamientos recorren wormholes entre ideas y conceptos, wormholes entre deseos y recuerdos, wormholes a miedos y de regreso a la realidad. Nuestra dura cruel y en ocasiones, bella realidad. Todo deseo es un viaje por esa red de pensamientos, todo impulso es un atajo, y toda decisión un mapa a lo desconocido. Pareciera ser todo incoherencias, pero todos saben de lo que hablo, todos piensan, analizan, juzgan y aveces desearan dormir para simplemente no hacerlo más. De esta manera se conlleva la rutina y se crean nuevas aventuras, de esta manera vivimos y destruimos.

estado: hambriento